La fobia, el estrés, la ansiedad y muchos otros factores impiden realizar un tratamiento regular en la consulta odontopediátrica, por lo que es beneficioso modificar estos comportamientos negativos o perturbadores. Esto se puede lograr a través de técnicas cognitivo-conductuales, como la desensibilización que se logra a través de la sedación consciente y el refuerzo positivo que se realiza siempre antes y después de cada consulta, para lograr una comunicación y una relación satisfactoriamente el paciente y el odontopediatra.